2010001. El día del orgullo de la economía local

Se fueron los Reyes Magos y dejaron tras de sí nervios, sonrisas, emociones y algún que otro desengaño. No, no en los niños, que sería criminal. En los padres que, cargados de ilusión -o de culpa por no haber dedicado suficiente tiempo a los niños- les colman de regalos que los niños han escogido de un catálogo dejado en el buzón por un fabricante de juguetes. No hablaré hoy de las técnicas de márketing que llevan padres e hijos a consumir de manera desproporcionada, irracional y desprovista de toda emoción, hoy va de la calidad de la fabricación.

La desilusión paternofilial aparece tras comprobar que el pingüino alado que tanto prometía no funciona a la primera de cambio, que los walkie-talkies emiten un sonido ininteligible y que el rutilante disfraz de princesa se agujerea el segundo día. Asombrados y perplejos, el padre y la madre miran la procedencia del juguete y confirma -sin sorpresa, todo hay que decirlo- que está fabricado en China.Ya te lo decía yo, que tanto juguete con pilas y electrónica no podía ser bueno, que era mejor la madera y la imaginación… Sí cariño, pero te aseguro que he buscado en todas las jugueterías de la ciudad, y en TODAS los productos eran de la China, tanto los caros como los baratos. Todos, excepto los clicks de playmobil.

Hubo un tiempo en que las cosas se fabricaban aquí. No me refiero necesariamente a la misma ciudad, ni región, ni tan siquiera país. Simplemente se fabricaban en un lugar conocido, y sabías si tal o cual marca era de fiar por el boca a boca de los que trabajaban en la fábrica y por un histórico de marcas buenas y malas, cada una con su coste correspondiente. La ropa era para toda la vida, las sartenes duraban lo necesario, las tostadoras no se cansaban al primer año, los juguetes pasaban de generación en generación y lo que se estropeaba se podía reparar en uno de los abundantes y próximos servicios técnicos.

Por qué hemos caído todos en la trampa de la fabricación lejana? Dónde puede encontrar yo ropa confeccionada en Europa? Y juguetes, más allá de playmobil? Y comida? Por qué tengo que comer naranjas de Chile con lo estupendas que son las locales? Por qué el precio ya no es un buen indicador de la calidad de un producto? Algo falla en este modelo de economía que nos han vendido. Mientras el ladrillo engordaba las arcas de la administración y los bolsillos de muchas personas todo iba bien, pero la bendita crisis ha destapado el pastel! Realmente queremos recuperar la economía que teníamos hasta ahora?

Es cierto, aparecen algunos movimientos de “comercio local” que pretenden que la comida sea de productores y proveedores locales, como local harvest. Por qué no ampliamos este movimiento hacia otros sectores de fabricación y consumo o otras cadenas de valor? Quiero ropa fabricada por empresas locales, quiero talleres que sepan reparar una batidora y que no sea más barato comprar una nueva que arreglarla. Quiero recorrer tiendas diferentes en cada pueblo que visito, comercios implicados con la vida de la ciudad. Quiero que en los productos manufacturados se me indique quién lo ha hecho y cuándo -como sucede con los alimentos-, y quiero tener una garantía que se ocupe también del arreglo, no que me lo cambien de buenas a primeras o que me envíen a un servicio técnico a 50km de mi ciudad. Quiero generar empleo con la producción, con la reparación y con el reciclaje local.

Y no confundamos este proteccionismo sostenible con el proteccionismo económico al uso mediante aranceles. Es una cuestión de sentido común. El coste ambiental del transporte no se incluye hasta ahora en los disfraces de mis hijos, ni el del reciclaje del falso pingüino volador. Llegará el día en que no sea rentable producir tan lejos, pero para entonces nuestro sistema educativo ya no será capaz de formar electricistas, zurcidores, artesanos del juguete y zapateros.

A este post seguirán unos cuantos en que intentaré analizar -siempre desde un punto de vista amateur y a modo de reflexión personal que podéis compartir o no- las incongruencias  del sistema actual. Por de pronto propongo instaurar el día del Orgullo de la Economía Local.

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