¿Qué es más importante para un político? ¿Servir a la sociedad eligiendo la mejor opción para llevarla a cabo, o dar satisfacción y mantenerse fiel al partido que lo ha acogido y visto crecer?¿Denunciará el PSC a Mascarell por llevarse consigo secretos de partido tal y como hizo General Motors con Súperlopez?
Como algunos de vosotros sabréis en el gobierno de Catalunya se ha iniciado la 129 legislatura democrática (con intermitencias) con un gobierno de CiU. Uno de los hechos más relevantes ha sido la incorporación al nuevo gobierno de una persona – Ferran #Mascarell – que hasta ahora había “pertenecido” al principal grupo de la oposición, el PSC. Obviaré los detalles truculentos sobre las dos almas del PSC y la negativa a que Mascarell se presentase -por el PSC, claro- a alcaldable por Barcelona. Lo que me importa en este post es abundar en la teoría de la empresa política.
Ferran Mascarell ha recibido críticas descarnadas de sus anteriores compañeros de partido, al que ha renunciado. Fue anteriormente Conseller de Cultura en el gobierno socialdemócrata tripartito maragalliano, cayó con el tripartito montillano y vuelve de nuevo a ejercer con un gobierno demócrata-cristiano (qué palabras más anticuadas y excluyentes).
¿Qué pasaría si un alto directivo de la General Motors dejase la empresa y se pasase a la Wolkswagen? Esto es lo que pasó con José Ignacio López de Arriortúa, explicado con pelos y señales en este fantástico artículo (no verifico su autenticidad, curiosamente en wikipedia se saltan este episodio de su vida, pero no tiene pérdida).
Estas dos personas dejaron sus empresas porque tenían una misión. En el primer caso, conseguir el desarrollo de la cultura catalana. En el segundo, montar una fábrica en Amorebieta y contribuir al desarrollo de su país. Estas dos empresas -PSC y GM- no fueron ni las primeras ni las últimas, simplemente un instrumento. Cuando las condiciones del entorno cambian -posicionamiento ideológico más conservador o catalanista, imposibilidad de montar la fábrica y acoso a la familia- no es lícito dar un salto profesional?
¿No deberían los políticos que critican a Mascarell estar exultantes porque una persona con gran experiencia lidere el gobierno de las políticas de fomento de la cultura catalana desde la mejor posición posible, aunque sea desde otra posición ideológica?