Comenta Julen Iturbe en su último post que con la IoT (Internet of Things) las personas ganamos y estamos contentas, sí, pero que en realidad la empresa siempre gana más que nosotros. En esta entrada ilustro esta afirmación con un ejemplo clásico, una lavadora. El producto actual de cualquier fabricante (por ejemplo Balay, resistente desde los años 40 del siglo pasado) no difiere demasiado de las primeras máquinas que nos vendieron.
Más luces, más botones, mejor secado, mayor control y eficiencia, menor vibración… pero acaban realizando la misma función, lavar la ropa. ¿Cómo imagino yo la publicidad de una lavadora cuando la IoT esté totalmente desplegada? Visualizo los siguientes argumentos de venta que como veréis incorporan la figura masculina gadgetófila como mercado potencial:
- Controla tu máquina desde internet con una IP única, accede desde la otra parte del mundo, si quieres.
- Descárgate la app para activar la lavadora desde el trabajo, y si te retrasas, que siga girando para evitar arrugas..
- Podrás ver información en tiempo real sobre el consumo instantáneo y promedio de la lavadora, como en tu coche,
- El depósito de jabón y suavizante estará integrado en la lavadora.
- Cuando se te esté acabando el jabón o suavizante, el supermercado al que estés afiliado te enviará uno nuevo.
- Podrás programar la próxima revisión de la lavadora en función de los ciclos de lavador realizados, o que ella avise sola al SAT.
- Te avisa al móvil cuando el filtro esté sucio para que lo limpies antes de que se obstruya, o avisa directamente al SAT.
- Podrás saber el grado de dureza del agua local y el nivel de acumulación de cal en la resistencia.
- Tendrás conexión con la previsión meteorológica y una planificación semanal de la colada.
- Estará conectada a tu sistema solar -con permiso de Soria- para optimizar el gasto energético.
- Tendrás acceso a una comunidad de lavadores con un universo de consejos para lavar mejor.
Hasta aquí es lo que ganas tú. Lo que no dirán es que cuando la compres firmarás junto a la garantía una cláusula por la que cederás acceso a la lavadora y sus-tus datos al fabricante con la excusa de mejorar el servicio que prestan (¿os suena de los navegadores?). De esta manera el fabricante conocerá el consumo de agua, energía, horas más comunes de uso, carga, programas menos utilizados… de todos sus clientes. Con esta información sabrán si en los próximos modelos tiene que mantener el programa a 90C que sólo se ha utilizado una vez, o tal vez se de cuenta de que todo el mundo en realidad lava para ropa blanca, color o delicado, sólo 3 programas. No más estudios de comportamiento de usuario, toda la información -agregada o de manera individual- a un clic. ¿Por qué no? ¿No están haciendo ya esto con los contadores digitales? ¿En algún momento os han pedido permiso para utilizar vuestros datos?
Y eso en el mejor de los casos. Si te descuidas, venderá esta información a las compañías eléctricas para que programen sus franjas de consumo mínimo en función de tus particularidades y hábitos de consumo, o a los bancos para que te hagan ofertas de préstamos lavadora cuando esté a punto de estropearse. Y ya rizando el rizo, a las futuras compañías de préstamos al consumo condicionados al pago (PCCP) que la desactivarán si no pagamos la cuota del préstamo. Tendremos más luces, pero seguiremos a oscuras en el mundo de internet..
Para saber más
- Nest y el confort de los datos, por @Edans
- Bosch y la IoT
Sí, más luces pero tan claro que sirvan para ver mejor 🙂