2015002. Semejanzas entre la agroindustria y el mercado de la lana.

china woolMantengo un rico debate asíncrono con Esther y Javi, de @somos_dLana, sobre el proceso industrial de la lana y el futuro de este fantástico producto hoy casi abandonado. Los (las) tres creemos que la lana se puede producir, transformar, vender y eventualmente recuperar de manera diferente a la actual criando ovejas no sólo para obtener carne y algo de la leche que tanto disfrutamos en el queso Idiazábal, sino también para producir lana que se transforme aquí y no en China como veremos.

Podríamos detenernos en cada uno de los pasos que median entre la oveja y la manta, pero en esta entrada me centro en el dilema que surge al tener que escoger entre mercado local y exportación cuando hablamos de agroecología. Espero que @ricardespelt tenga a bien participar como experto en el segundo mercado.

La agricultura ecológica está viviendo un auge en la península que es más fruto de la demanda europea de esta categoría de alimentos que del consumo interno. Hace unos meses publiqué un artículo con Ricard Espelt en el que analizábamos diferentes vías de comercialización de productos ecológicos en la ciudad de Sant Cugat del Vallès, llegando a circunscribir todos los casos entre los vértices de un triángulo. El primer vértice lo compone el comprador de producto ecológico y local consumido en pequeñas cooperativas o asociaciones de consumidores conscientes y autoorganizados que buscan con su compra favorecer el agricultor ecológico local mejorando su salud y la del planeta.

El segundo vértice está formado por empresas y consumidores de producto local o de ciclo corto, sin intermediarios, aunque no sea ecológico ni de proximidad. En el tercer vértice encontramos la compradora interesada sólo en que el producto sea ecológico, sin importarle su origen ni el número de intermediarios. Veremos pronto en Mercadona productos ecológicos, cuando su modelo está en las antípodas de las empresas del primer vértice como Germinal como bien describe Esther Vivas.

Dejando de lado el caso de empresas que no apuestan por producto ecológico, las empresas que responden  a un mercado y otro son totalmente diferentes, en su estructura, misión y dimensiones. Unas apuestan -como sus compradores- por mercados de ciclo corto y proximidad transformando el modelo agroalimentario y el de consumo, y las otras por mantener el modelo de la industria agroalimentaria actual simplemente incorporando las tendencias de compra para conseguir mayor margen.

Saco a colación este estudio porque en el caso de la lana nos encontramos con un dilema semejante. Argumentamos que la lana es un producto renovable de excelentes propiedades que debería ser reintroducido en nuestros hogares recuperando el oficio del pastoreo, el cuidado de los prados, la agricultura extensiva, y la transformación a pequeña escala.

Pero por otro lado aparece la gran industria que también es consciente de que con el fin del petróleo se acaba también la fibra sintética y va tomando posiciones en el mercado de la lana. Concretamente China ha pasado en 10 años de no trabajar con lana extranjera a comprar y transformar en hilo el 60% de la lana producida en el mundo, aunque en 2014 baje un poco como toda su economía. 

china wool demand

Como en el caso de la agricultura ecológica podemos optar por dos modelos. Recuperar la lana sin importarnos su origen, o intentar cerrar el ciclo obteniéndola también en proximidad. Si queremos apostar por el segundo modelo deberemos encontrar la manera de conseguir costes similares a los de China a base de innovar en la selección, transformación, comercialización y los modelos de negocio relacionados. De nada sirve lamentarse por un mercado perdido que recordemos lo fue lo fue gracias a un monopolio como el actual de la energía que tanto criticamos. Y de poco nos vale, aunque sea muy loable, operar a escala de autónomo vendiendo en ferias medievales.

Como en el caso de Hortec que explicaba en 2010, si queremos un mercado de lana de proximidad, deberemos dejar que otros mercados cercanos también la desarrollen obstaculizando nuestro desarrollo, y aquí aparece el dilema. El caso de la  lana de las británicas islas Faroe es un buen ejemplo, un mercado propio demasiado pequeño les fuerza a exportar, pero quieren mantener el encanto de ser una isla pequeña. Si en nuestro entorno queremos sobrevivir, también debemos exportar -a otros países o regiones- para conseguir una dimensión crítica, entrando en el modelo de las grandes empresas. Si no, no cuadrará nuestra cuenta de resultados ¿O se puede ser pequeño y rentable apostando por modelos innovadores que trabajan en red como los que sugería, medio en broma medio en serio, en esta entrada reciente?

Un comentari

  1. Interesante reflexión. Yo personalmente en mi trabajo e invistigación por dar salida a la lana y por buscar vías de revitalización lo planteo como un trabajo en red. Creo que de momento me preocupa más evitar que la lana se tire, si bien la problemática en Asturias no pasa por recuperar la trashumancia y sí por dar herramientas de transformación a los ganaderos a escalas pequeñas y de proximidad y de buscar mercados nuevos, que los hay aunque haya que sembrarrlos.

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