Las señales que nos envían los medios son inequívocas: “Serán necesarios un millón de data scientist en los próximos años. IoT, Big data, social network analysis, social marketing… ” y uno, que todavía no sabe a qué dedicarse cuando sea mayor, cree que podría ser una profesión interesante para ejercer desde mi soñada masía en el campo. Me pre-dispuse a explorar y en esta entrada os expongo las conclusiones a las que he llegado.
La realidad es que hace años que sentía curiosidad por el tema, en especial después de conocer el trabajo de Martin Grandjean. Cientos de MOOCs sobre el tema, y anuncios como “24 Data Science Resources to Keep Your Finger on the Pulse” me impulsaban a seguir adelante con mis pinitos en data visualisation.
Empecé jugando con la herramienta SourceMap, con versión en abierto, y me dediqué a marcar proveedores y clientes relacionados con el ecosistema de lana Xisqueta, como sabéis uno de mis proyectos más queridos (para saber más, xisqueta,cat). Incluso mantuve un skype transoceánico con el creador de la empresa y la herramienta, Leonardo Bonanni.
Seguí investigando (autodidacta que es uno) y recalé en NodeXL, un parche de excel que permite visualizar y trabajar con redes de manera simple y efectiva. Hay otras herramientas, como Gephi, pero esta es de lo más resultona con un ROI alto. Esta vez decidí aplicar mi escaso conocimiento sobre el tema a una de mis tareas en la UPC, introducir la cultura del trabajo colaborativo como os explicaba en esta entrada. Los últimos meses hemos impulsado la participación en proyectos colaborativos para el PAS de la UPC, y el resultado nos ha sorprendido gratamente.
El gráfico corresponde a la distribución de proyectos presentados. El cuadrado es el proyecto, su tamaño es proporcional al número de apoyos de la comunidad (50% del PAS participó) y los links son las personas que participan como explicamos en esta entrada del blog del programa. Estamos ya en la fase de dejar el análisis en manos de profesionales de verdad, mientras seguimos impulsando la cultura colaborativa.
Ahora me planteo utilizar esta técnica junto a Ricard Espelt para generar un artículo sobre el efecto de cooperación en las redes de comercialización de alimentos de proximidad o ciclo corto. Pero empiezo a pensar que es mejor dejar que los jóvenes asuman esta nueva tecnología, y yo me dedique a montar proyectos que es lo que se me da bien.
Para rematar, esta semana he conocido virtualmente a Enrique Rodríguez, datanauta, que se dedica a estos menesteres desde hace años y que es colega en la UOC. A la espera de una próxima reunión presencial, presiento que podremos hacer muchas cosas juntos. En todo caso, yo idearé el proyecto y buscaré socios atípicos, y él que se dedique al análisis de datos. Zapatero a tus zapatos.
Resumiento, creía yo inocentemente que era un campo nuevo este de la visualización de datos, y que podría ganarme la vida desde la hipotética masía, pero estas cuatro experiencias me llevan a pensar que no soy el primero en llegar, y que a mis 45 difícilmente podré hacerme un hueco en este mercado. Pues nada, seguiremos explorando hasta encontrar una profesión que me permita trabajar desde la pedanía de Montiró deleitándome con la vista del macizo del Montgrí.