Cuando uno empieza a interesarse por el Big Data más allá de la mera divulgación, corre el riesgo de encontrarse con sorpresas desagradables. En esta entrada especulo de nuevo sobre Monsanto -empresa sobre la que ya escribí en 2014 en relación a las abejas robot- así como sobre las consecuencias que puede tener su entrada en el negocio del Big Data y Precision Planting.
Hace unos meses escribí sobre lo revolucionaria que me parecía la nueva impresora 3D que en un par de años HP pondrá en el mercado a unos 60.000€ por unidad. Además del incremento de velocidad y calidad, el cambio más interesante para mi es el de pasar del píxel (2D) al vóxel (3D), pudiendo controlar las propiedades físicoquímicas cada elemento de nuestro volumen. Conductividad, elasticidad, color con sólo añadir un aditivo… lo mismo que hoy hacen con las impresoras 2D lo veremos en volumen. Impresionante, de verdad.
En otro orden de cosas, todos conocemos también el modelo de negocio que está detrás del Big Data. Yo te cedo mis datos de posicionamiento, navegación por carretera, navegación en la red, consumo energético, consumo vía tarjeta de crédito, amigos, vídeos que me gustan, cursos que consumo, e incluso si comparto mi casa, a cambio de tener un acceso gratis o casi a tus aplicaciones. Nos hemos vendido los datos sin darnos cuenta y sin recibir a cambio una compensación proporcional.
Ahora pongámoslo todo junto. Imagina que no se trata de un material micrométrico como el de la impresora 3D sino de un campo de 1000Ha. Imagina también que dispones de un tractor como estos de John Deere que de manera automática te va plantando tu cereal cada 10 cm, y que gracias a sofisticados sistemas de geoposicionamiento y de histórico de lluvias y sensores del terreno sabe cuándo es necesario espaciar la siembra (cerca de los límites del campo) y cuándo puede hacerla más densa (en el centro), y dónde es necesario reforzar con un aditivo fertilizante artificial. Cada planta de maíz está controlada, como controlado estaba cada vóxel de la impresora 3D.
Con los sensores de humedad y composición de la tierra situados cada 1m2 y comunicados por vía inalámbrica el agricultor puede hoy saber mediante un software como FieldScripts en qué estado se encuentra su cosecha y campo. Y está contento porque el servicio es barato, incluso los primeros 250 acres son gratis, sólo debe ceder sus datos a la empresa proveedora del servicio como ya hace con su correo o su tarjeta de crédito. Aunque le preocupa un poco que también lo hagan las 200 explotaciones vecinas, está seguro de que la empresa Climate Corp que los gestiona no juega con ellos.
Curiosamente la empresa Climate Corp desarrolladora del software FieldScripts fue adquirida recientemente por Monsanto para entrar en el negocio del Big Data. De esta manera, Monsanto conoce hoy en tiempo real cómo evoluciona tu cosecha -y la de tu competencia- y puede jugar de manera fácil con los mercados de futuro de cereales con riesgo mínimo. Si controla tus semillas, tu fertilizante, tu producción y tu capacidad de reposición, ¿qué capacidad de negociación te queda como agricultor? ¿Por qué no directamente automatizar el tractor y prescindir totalmente de ti?