2018021. Just cut it.

Me toca renovar el cabezal del cepillo de dientes eléctrico. Compro un recambio -en paquete de 3 con envoltorio de plástico individual- que vienen con tres pequeños aros de 0,7 cm de diámetro y de colores lila, azul y amarillo. El invento da color al conjunto y permite distinguirlos cuando comparten la misma estación de carga. Una idea sin duda útil para personas que no son capaces de poner una marca en su cabezal, pero mortal para animales curiosos. 

Cuando este  cabezal se gaste, por norma general se tirará a la basura junto al pequeño aro; con suerte, al contenedor amarillo -aunque no sirva para nada- y con mucha suerte será llevado al punto verde para su separación, aunque como no tiene etiqueta no sabrá el ciudadano dónde situarlo. En cualquiera de los tres casos la anilla es demasiado pequeña para que nadie -ni humano ni robot- se fije en ella en las plantas de triaje. No tiene ningún valor económico que incentive su recuperación, y tampoco es un envase por lo que ecoembes no la tendrá en cuenta. 

A lo largo del día me he ido fijando en otras anillas, por ejemplo en el tapón de algunos cartones de leche, en el interior de tapones de botellas de agua de vidrio para cerrar bien la junta, en asas de las garrafas de agua… todos igual. La topología cerrada es el problema, sea circular, cuadrada o triangular. 

Es muy probable que acabe en un río y de ahí al mar, como hacen cada año 8 millones de toneladas de plástico. En nuestro querido Mediterráneo o en una remota isla del Pacífico. Una cría de pez lo utilizará para jugar, y no tendrá problema para entrar y pasar por el aro, pero no podrá salir. Si el pequeño plástico queda en tierra, una cría de cigüeña curiosa introducirá su pico pensando que es algo comestible, y ya no será capaz de sacarlo.

Hay motivo para la esperanza. Por ejemplo, en el caso de los packs de 6 latas de refrescos y cervezas. Un plástico casi indestructible que durante cientos de años será un peligro para todo tipo de animales. Hay empresas como la pequeña cervecera saltwater brewery que han entendido bien el problema con una propuesta innovadora. Pero son las menos todavía. Hasta que la normativa no las prohíba, seguiremos con esta destructiva práctica.

Para empezar, intenta evitar los productos que contengan aros o anillas, o cualquier otra forma geométrica cerrada. Y si las tienes que usar, o las encuentras por la calle, córtalas. Les ahorrarás una tortura que no se merecen. Just Cut It. 

Las imágenes proceden de:

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