2009036. Responsabilidad, capitalismo y parques infantiles

Masia Can MontmayDos entradas de esta semana me han impulsado de nuevo a reflexionar y a escribir.

La primera, recogida en este post del siempre interesante blog de Esteve Almirall, apunta a un video del profesor Sidney G. Winter. Este erudito de la economía heterodoxa sostiene que aunque algunos sitúen la muerte del sistema capitalista en la intervención del estado en grandes corporaciones -como AIG- para evitar su quiebra, el principio del fin del sistema capitalista apareció mucho antes con algunas cuñas que se introdujeron en sus engranajes. La primera que comenta sería la introducción de las empresas de responsabilidad limitada en el siglo XIX que permitió eximir de responsabilidades a ciertos empresarios sin escrúpulos.

Otro posible candidato sería el sistema de pensiones que permite trabajar hoy sin preocuparse por el futuro, papá estado (o el sistema) proveerá. O la introducción de sistemas para comprobar que las medicinas que vendían las empresas no eran perjudiciales sino todo lo contrario, o el aumento de impuestos a los fumadores para velar por su salud ( dejando de fumar)…

En todo caso el estado limitaba la responsabilidad que debía tomar la especie “homo occidentalis” para sobrevivir, y (esto lo digo yo) con la limitación de la responsabilidad llegó la limitación de la creatividad e innovación como motor de desarrollo y superviencia, y de la necesidad de aprendizaje y emprendizaje.

La segunda entrada proviene de mi entorno familiar. Salíh ace pocos días con los niños a un bosque cercano, en los terrenos de la masía de Can Monmany (que ilustra este post. Parte de su historia está explicada en el link de la foto, en catalán). Estuvimos construyendo cabañas, poniendo imaginación y desarrollando técnicas creativas y de ingeniería avanzada. (Una concesión a la modernidad: según mis hijos las puertas se abrían con mando a distancia…).

En contraposición, mi pueblo está plagado de parques infantiles con vallas para que los niños no se escapen y con los típicos elementos infantiles. Ni un ápice de creatividad ni de desarrollo del sentido de la responsabilidad. “Me siento seguro dentro del redil haciendo lo mismo que los demás”. Algo de tierra en el mejor de los casos. Y los padres (también en el mejor de los casos) leyendo el periódico sentados en el banco más próximo.

En ambos casos el “estado” asume la responsabilidad. Ciudadanos de azucar entre nubes de algodón. Todas las comodidades que nos adormecen el espíritu emprendedor y la capacidad creativa derivada de la necesidad de garantizar nuestra supervivencia. Si no fuese así, estaríamos todos comprometidos en evitar la subida de temperatura que en 100 años causará con una elevada probabilidad nuestra extinción como nos recuerda el último estudio del MIT. Qué ciegos, qué mimados.

4 comentaris

  1. Gran reflexión Pere.
    Parece que nos hayan inoculado una droga para anular nuestra capacidad de iniciativa.

    Es exactamente lo que pensé hace tiempo al ver el reportage “30 minuts – Visc a les cases barates” de TV3. El instituto se va degradando por falta de mantenimiento y la reflexión de todo el mundo és: “Maltido Ayuntamiento que nos tiene abandonados”. No hay ni un ápice de movilización colectiva para subsanar los problemas. Algunos tan aparentemente sencillos como la poda de unas ramas. Entre padres, alumnos i profesores pasaran del centenar de personas, muchas en el paro, muchas con un futuro incierto y en etapa de formación. Una potencial fuerza de trabajo incapaz de organizarse al margen del poder público para resolver la mayoria de los pequeños problemas. Como es possible? Miedo a caerse y no estar cubierto por el seguro, miedo a hacer algo mal i recibir una denuncia, miedo al riesgo y terror ante la responsabilidad.
    Esa droga tiene sus efectos, y al final quien nos la inyecta se arrepiente de sus efectos.

    1. Ei David, no havia vist aquest comentari. Tens tota la raó, ara s’omplen la boca amb l’emprenedoria sense adonar-se (o sí) de que ens han adormit durant 50 anys amb assegurances i por al fracàs, i que tot això es paga ben car…

      Records!

Deixa una resposta a David Castells Cancel·la la resposta