Un mes ha pasado desde que escribí el último post, lo que para mí es una eternidad. Un mes de intenso trabajo colaborando en la puesta en marcha de la escuela Crea Nova de Sant Cugat. He vivido momentos dulces y amargos, con el equipo y con los alumnos, pero de todo lo que he hecho hasta hoy me quedo con una actividad para explicaros relacionada con la temática de este blog.
Cuando hace un mes me lié la manta a la cabeza, dejé la UPC y me enrolé en este proyecto, me propuse como objetivo analizar hasta qué punto aprender las ciencias y la tecnología sobre un libro lleva a los estudiantes a una pérdida total y absoluta de su capacidad de preguntar, de imaginar, de cuestionarse el por qué de las cosas, y en definitiva de innovar.
Para comprobarlo he empezado a ofrecer un taller al que llamamos “Imagina la ciència“. Junto a un grupo de 12 niños de primaria o secundaria salimos al exterior del edificio, nos tumbamos en la hierba o nos sentamos (depende de la edad), nos relajamos y observamos a nuestro alrededor hasta identificar un tema que nos intrigue. Entonces nos reunimos de nuevo y cada uno expone su duda tratando de formularla correctamente y de plantear una hipótesis, por descabellada que parezca.
Una vez aceptada la pregunta por el grupo la estudiante tiene dos semanas para trabajar en la respuesta, contrastarla mediante literatura o experimentos, o bien aceptar que no era válida. Y cuando acabe deberá presentar ante los otros 11 una defensa de la teoría que planteó en su día. Algunas de las preguntas surgidas, en un día lluvioso, son:
¿Cómo ven las hormigas?¿Hay piedras impermeables?¿Las hojas de los árboles son fractales?¿Por qué los relámpagos van a veces hasta la tierra o entre nubes?¿Por qué se hace barro cuando llueve?¿Por qué cuando sopla el viento siento más frío?¿De qué está hecha la luz?¿Por qué algunos animales salen cuando llueve?¿Por qué flotan los objetos sobre el agua?¿El azul del cielo, es el mismo para todas las personas?¿Por qué unas plantas crecen más que otras?…
Dentro de dos semanas podré retomar este tema y explicaros el final de la. película, pero hasta ahora lo más interesante ha sido ver lo que cuesta a algunos niños, niñas y jóvenes de bachillerato formular preguntas a partir de la observación atenta y calmada. Sinceramente, o la cosa cambia mucho o veo difícil que en pocos años estos mismos chavales sean creativos y no tengan miedo de plantear hipótesis o tener iniciativa sin esperar la aprobación de la autoridad.
Menos libros, y más mirar el cielo, el microscopio y a la persona que nos habla.
Blog de Pere Losantos 
Ayer asistí a una conferencia-coloquio de Daniel Innerarity, que hizo algunas reflexiones que se compadecen con el tema de este post.
-en internet se encuentra lo que se busca. Pero lo que habría que encontrar es lo nuevo, lo que no se buscaba de forma expresa.
-hay que relacionarse con los que piensan distinto de nosotros y, eventualmente, ponernos en su lugar. En otras palabras, exponernos a la crítica (y aceptarla).
-y citó una reflexión antigua de Rubert de Ventós: «hay que hacerse con lo que nos hace». Lo que nos hace es ese entorno al que dices que hay que observar.