2010005. Me llamo Marta y soy alumna de 5º de primaria.

Qué futuro le espera a la educación? Cómo la moldearán los que ahora tienen entre 11 y 20 años? Qué impacto tendrán la adquisición de competencias y destrezas TIC sobre el sistema educativo? No tengo LA respuesta, por supuesto. Si la tuviese me haría consultor noartesano,  pero dos entradas de esta semana me llevan a reflexionar sobre el particular.

La primera, una entrevista a Imma Tubella, Rectora de la UOC en TV3 en catalán (para cuando traducción automática de videos?). Las derivadas de este video de 15′ dan para hablar durante una semana entera sobre ello. El primer dato que nos da es escalofriante. En USA, el incremento de alumnos de secundaria que aprenden a través de los “Institutos (High School) online” se incrementó el pasado año en un 47%, hasta 1M de estudiantes. En Catalunya existe el IOC, el IES Obert de Catalunya, que imparte FP, GES y Bachillerato. De momento sólo admite matrícula para mayores de 18 años y menores que vivan lejos de un Instituto de Secundaria, que tengan alguna discapacidad, deportistas, músicos o otros casos especiales como la conciliación con el trabajo.

Pero qué pasará cuando TODOS los estudiantes de secundaria -que no olvidemos podrán votar en la misma legislatura- exijan esta opción? Por qué mantener artificialmente esta barrera introduciendo ordenadores en el aula si todos tienen en casa su propio ordenador? Qué competencias, hábitos y conocimiento se adquieren en un instituto que justifique que los alumnos tengan que ir físicamente? Qué cambios implicaría en el cuerpo de funcionarios profesores de secundaria?

Imaginemos por un momento que soy un estudiante de secundaria con un profesor apoltronado y casposo. Por qué tengo que soportar a este tipo? Qué me impide asisitir a clases virtuales de otro instituto y después hacer el examen en el instituto que me ha “tocado”? Seguramente el profesor casposo me suspendería por no haber seguido SUS lecciones… Cuánto camino por recorrer todavía, pero qué alivio para atajar con la lacra que suponen algunos profesores y profesoras de secundaria…

La segunda entrada es este texto que me ha llegado por correo. Me ha parecido una reflexión excelente sobre la polémica introducción de ordenadores en las escuelas. En tono jocoso toca todos los temas que a padres y educadores se les pasan por la cabeza.  Si alguien conoce al autor o autora, que se lo envíe a la SGAE para que me cierre el blog. En todo caso, gracias.

Me llamo Marta y soy alumna de 5º de primaria.

La semana pasada nos trajeron un montón de ordenadores, para todos
menos para el profesor. Nos pusimos muy contentos porque pensamos que
también nos pondrían aire acondicionado en verano (nos morimos de
calor) y que traerían una pizarra nueva, sin reflejos y en la que se
pueda escribir sin que la tiza resbale, sillas y mesas nuevas
adecuadas a nuestra estatura, estanterías y una taquilla para nuestras
cosas. Pero no, sólo trajeron ordenadores. Y sin lupa porque son muy
pequeños, pero eso da igual.

Por lo menos nos lo han regalado enterito, porque mi primo de Ripollet
dice que mis tíos han tenido que pagar la mitad del portátil, por eso
de ser catalanes. Esto no lo entiendo muy bien.

El primer día no hicimos nada con ellos porque tiene un sistema que es
diferente al que tenemos en casa, un tal Linux, y que el maestro no
conoce.

En realidad no sabe nada de informática. Dijo que ya miraría algo,
pero María, otra empollona, le contestó que ella podía enseñarle, pues
en su casa tiene un ordenador y sabe manejarlo. Todos nos reímos, pero
el maestro, no.

El maestro también dijo que eran para nosotros y que nos los podíamos
llevar a casa. Yo cogí el mío y lo guardé en la mochila, pero a mi
amiga Mati se le cayó y se le rompió todo -el maestro le hizo una
foto-. A Luis se lo robaron unos gamberros mientras volvía a casa y a
Santi se lo rompió Mateo, el niño que nos pega a todos.

En clase los que más usan el ordenador son Toni y Andrés. Son dos
niños un poco retrasados y que antes sólo  molestaban. Ahora con el
portátil les ponen una película de dibujos y están más callados.

Ayer nos explicaron cómo sacar información de internet y nos mandaron
deberes para buscar en casa. Mi papá, que ahora no trabaja, dice que
no tenemos dinero para internet, por eso no he podido hacer los
deberes esta semana y ya me han regañado en el cole. Por eso, además
de los libros y cuadernos, también cargo con el ordenador. Ahora ya no
uso mochila sino el troler de mamá de cuando podíamos ir de finde o de
viaje

A mi hermano mayor en el insti también le van a dar uno y él está muy
contento pues dice que podrá colgar fotos y chatear con las chicas.
También me ha dicho que, a partir de ahora, no tendrá que fijarse en
las faltas de ortografía pues el ordenador las corrige
automáticamente.

Es maravilloso, también, porque antes las clases eran pesadas y largas
y ahora duran 10 minutos o menos. A muchos compañeros no les funciona;
a otros les tarda tanto en ponerse en marcha que para cuando lo
consigue suena el timbre de salida.

Y sin olvidar que los electricistas nos dejaron tres días en el patio
poniendo enchufes porque la batería no dura nada y nos hacemos un lío
de cables en la clase que podemos jugar al enredos.

Como las cosas que trae el maestro no se pueden abrir, dice que pondrá
las notas según le demos más o menos la lata y según el tiempo que
tardemos en abrir el invento.

Se acabó estudiar, la calculadora y las reglas. Y sacar punta, tener
buena letra y tener un cuaderno de diez. Es fantástico. Pobrecillos
los que aún están en 4º porque los veo muy estresados.

Yo me paso la mañana con el Google Earth. Ya me lo sé de memoria y no
tengo otra cosa que hacer.

En matemáticas, es lo mejor: sólo tienes que elegir entre tres
respuestas y además te dan otras tres oportunidades. Y si en lengua no
te sale algo, lo buscas en internet y ya está.

Finalmente todos sacaremos sobresaliente porque leer ya sabemos, pero
vamos a aprender a comprender. El maestro dice que es una competencia
básica.

Es genial.

Marta

 

3 comentaris

  1. Hola Pere, hem sembla molt correcte obrir la possibilitat de que l’Institut es pugui fer a distància, però jo no donaria com a motiu principal els mals professors que hi ha. Conec un munt de companys que son professors d’Institut i t’asseguro que s’estimen la seva feina i ho intenten fer bé. De fet, crec que fins i tot els bons professors apostrarien per aquest tipus d’ensenyança amb la possibilitat de mantenir tutories amb els alumnes de tant en tant. Ara bé, i aqui be per a mi el principal problema: Què en diran els pares? Un percentatge altíssims de pares els va “perfecte” que el nen vagi al insti… és el canguro perfecte i s’obliden de l’educació dels fills… i si no va bé, la culpa es dels mestres o del institut que està ple d’immigrants. La gran majoria de pares no fan autocritica de com eduquen als fills i per tant, s’oposarien radicalment a un sistema d’ensenyança que fa recaure la responsabilitat en ells.
    Una braçada. Xesco

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