Hace tiempo que le vengo dando vueltas a un curso que quiero co-crear. Se trata de combinar el emprendimiento con el movimiento maker y sus hermanas DIY, fabricación digital… En este post desgrano los argumentos que me llevan a este planteamiento, y más adelante explicaré la estructura que quisiera darle. Las razones son varias, intento enumerarlas sin ánimo de ser exhaustivo ni sentar cátedra.
- En el imaginario de emprendimiento que nos venden aparece un joven (hombre) que triunfa vendiendo su plataforma o software a una gran empresa TIC tipo Google y se hace millonario. El pelotazo del fast food emprendedor, coincidiendo con Julen Iturbe y con Jesús Martínez. Las generaciones actuales no saben qué es fabricar, no conocen la paciencia y satisfacción de ver crecer un proyecto industrial más allá de la propia generación, y la creación de valor para la sociedad local a largo plazo.
- En la misma línea, los que todavía utilizan el plan de empresa y no han caído rendidos al omnipresente Business Canvas no tienen ni idea de cómo planificar una producción, ni qué es el layout de una planta de producción. Aquí me viene a la cabeza la anécdota que cuenta Massimo Banzi (@mbanzi), uno de los cofundadores de Arduino, cuando dice que en la fábrica de Ivrea (Italia) donde fabrican el 90% de las placas organizan visitas turísticas porque los italianos no se creen que todavía haya operarios que controlan máquinas y procesos.
- Por estos lares todavía no nos hemos dado cuenta, pero al parecer existe cierta correspondencia entre las competencias emprendedoras y las competencias de los/las fabricadoras-hacedoras (makers) o al menos es lo que explican en este artículo de la revista MAKE y lo que yo veo en las personas makers. Por cierto, si eres una de ellas y quieres participar del estudio que permitirá probar sus teorías, lo tienes fácil y gratis, de momento yendo al artículo referenciado.
- A la hora de explicar el modelo de negocio o el concepto de empresa, siempre me ha sido mucho más fácil, completo y cercano el caso de una empresa con fabricación de producto físico que una empresa de la economía de los servicios, y es que todo el mundo me entiende si digo que produzco y vendo objetos, sean tomates ecológicos o aparatos de resonancia para uso médico, pero vender intangibles es algo más etéreo. Insisto, siempre en el contexto de la docencia.
- Si bajamos de nivel educativo y nos adentramos en primaria y secundaria llega un momento en que el concepto de emprendimiento se pierde porque lo asociamos a creación de empresa y está mal visto que los chavales las creen y ganen dinero. Sin embargo, si reemplazamos emprendimiento por espíritu maker la cosa es más fácil porque a todos los niños (y niñas, sí) les encanta fabricar y construir, resolver problemas, planificar procesos, cooperar para conseguir objetivos…. si ya tenemos (LOMCE mediante) una asignatura de tecnología y en algunos casos de emprendimiento, por qué no combinar las dos cosas en una de emprendimiento maker? Ganamos horas e interés del alumnado
Cualquier país occidental necesita empresas que desarrollen tecnología, fabriquen, exporten y creen valor a largo plazo. Nosotros más. Si en la escuela enseñan que el pollo no se cría en Eroski, sino que tiene vida propia antes de ser complemento del porexpan, por qué no enseñamos también que los objetos y la tecnología se puede diseñar y fabricar creando trabajo aquí mismo?
Nota. La imagen es una de las muñecas que mi hija ha diseñado (y enviaría a imprimir en 3D si no fuese tan caro) en la empresa plataforma makie.me
No cabe duda de que el concepto de fabricar sigue teniendo vigencia. Lo que ocurre es que se está vendiendo una idea de emprender asociada a lo “cool”, a lo guay que es tener una gran idea, llevarla a la realidad y cumplir así tus sueño… ganando pasta. Fabricar es ensuciarse las manos y eso no queda claro que hoy en día mole. Hoy las manos son para sujetar el dispositivo móvil.
De todas formas, la realidad es tozuda y por aquí, en la zona en que vivo, son muchísimas las pymes industriales que siguen en la brecha. Es todo un mundo, complejo y a veces un poco casposo. Otras veces, sin embargo, encuentras grandes lecciones de gestión en estas empresas. Por eso en tu plan de estudios no debería faltar nunca gente que venga a contar lo que hacen. Y que, ya de paso, vean que no pasa nada por ensuciarse las manos 😉