2014049. DeLaVi Un proyecto de jerseys sostenibles para tod@s

ZaraSi quisiese hacerme con un jersey este invierno, tendría dos opciones. Tres, si fuese capaz de tejerlo yo mismo. Por un lado, prendas como las de la empresa Marcelinus, con una composición del 70% de lana y 30% de acrílico, en venta en su web por 82€, IVA y transporte incluido.

Cálido, buena lana, duradero, diseñado y fabricado íntegramente en Olot (La Garrotxa). Un proyecto con voluntad manifiesta de recuperar la industria textil de la comarca que en 50 años ha pasado de 6.500 a 500 personas empleadas, y de representar el 60% de la economía de la comarca (demasiado) a un escaso 3% (demasiado poco).

No consta la trazabilidad de la materia prima en su web, pero preguntando en twitter se llega a Roma en cuestión de minutos…

Marcelinus

La segunda opción sería optar por un jersey fabricado en la otra punta del planeta como los que se pueden encontrar en Zara o en la mayor parte de comercios pequeños que no pueden permitirse distribuir los precios de la fabricación local. Un jersey de diseño similar, básico, comercializado por Zara, 51% acrílico, 49% lana, en venta hoy por 34,95€. Fabricado en Bangladesh, sin trazabilidad del origen de la lana y fibras, ni de la fábrica que lo ha tejido, y soportando el chumba chumba de la tienda para conseguir mayor rotación de ventas.

Tras esta reflexión me apetece plantearme y plantearos un reto: ¿es posible conseguir un producto de fabricación local y composición similar por el precio del de Zara, 35 €, y que además tenga un elevado componente social y ambiental?

Desgranando costes y modelos

Uno de los costes asociados a los jerseys es el diseño de la pieza original, parte de la I+D de la industria textil. A más prendas vendidas, menos coste por pieza. Marcelinus vende poco comparado con Zara, y aunque esta tenga muchos más modelos y renovación quincenal la repercusión por prenda es más elevada en el primer casos. Pero el diseño no tiene por qué ser un coste elevado si uno se plantea por qué debemos pagar (o cobrar) por algo que es patrimonio de la humanidad desde hace milenios. Mi madre y su suegra tejían jerseys con agujas de media sin pagar ni una sola regalía (royalty) ni impuestos al sol. Open source sería una posibilidad, pero ¿podemos ir algo más allá?

Tras el diseño, la fabricación del jersey, porque una cosa es la fabricación personal y otra muy diferente laproducción de serie limitada. Para hacernos una idea, necesitamos unos 10 ovillos (500 gr) por jersey, y mirando precios de lanas con una composición parecida encontramos precios desde 3 a 10 € por ovillo en tienda virtual!! Empiezo a entender la dificultad del proyecto.

La empresa Marcelinus utiliza tejedoras Jacquard lineales como estas que para su escala de producción son válidas, pero nuestro jersey tiene vocación local y didáctica, con micromercados comarcales de 50.000 personas de las que con suerte un 2% comprarán el jersey.

Respecto a la relación con el cliente todos los modelos que encuentro en comercialización de jerseys son clásicos y no van mucho más allá de la colección o labtienda virtual. Diseño local, fabricación local o global, distribución local de nuevo, y el jersey queda siempre para el cliente. En el mejor de los casos se reutiliza o se recicla mezclándose con muchas otras fibras para generar nuevo producto de peor calidad que el original. ¿Podríamos aquí también innovar para mejorar la sostenibilidad del proyecto?

El protoyecto DeLaVi(a)

La cosa está difícil, pero veamos si en las diferentes fases podemos encontrar maneras de reducir costes o añadir valor. En relación al diseño, está claro que podríamos utilizar patrones de cualquier libro o revista para nuestro modelo básico. Pero también podemos involucrar a la sociedad local mediante comunidades de abuelas -y algún abuelo- que saben diseñar patrones de ropa y coser por un lado, y de jóvenes y niños que mediante proyectos educativos están interesados en aprender esta técnica.

Sería un proyecto APS interesante: las abuelas crean diseños y patrones y enseñan  los niños a tejer a mano y a diseñar. Los niños enseñan a las abuelas interesadas algo de cultura digital para que puedan hablar online con su familia y sobre todo rompemos con el aislamiento en el que viven muchas ancianas que sobreviven a sus parejas. Y si podemos incluir a abuelas (de ahí el nombre, avi es abuelo en catalán, àvia es abuela) que están en residencias o con algunos ingresos ayudar a paliar la pobreza energética cerramos el círculo.

Reducir los costes de fabricación tampoco es simple, pero algo podemos hacer.  Siguiendo con la estrategia open source, nos podemos plantear tejer con la OpenKnit de Gerard Rubio que tiene un coste estimado de entre 500 y 1000, muy por debajo de los miles que vale una “de verdad”. Los inconvenientes son claros: la tecnología es inmadura e inestable, y la comunidad de desarrolladores es todavía pequeña. Sin embargo, también tenemos ventajas ya que los mismos niños y adolescentes de la comunidad de abuelas pueden imprimir muchas de las piezas de la tejedora y sus recambio y aprender una tecnología (impresión 3D) que está en auge y que les será muy útil en el futuro. De hecho con @Openknit cada pieza de ropa se podría personalizar con diseño paramétrico y el dibujo que cada uno quiera.

El coste de la materia prima es el factor más difícil de reducir. Pero aquí podemos pensar en nuevas relaciones con el cliente siguiendo los pasos de @mudjeans que ya hemos comentado en entradas anteriores. Si en cada reciclado perdemos parte del valor de la prenda, ¿por qué nos planteamos un servicio de leasing? Las cremalleras y la lana se pueden reutilizar bien en otras prendas bien en un mercado de segunda mano propio de DeLaVi. Se puede además introducir un servicio parecido a de las alfombras, me dejas el DeLaVi en primavera y te lo devuelvo limpio y reparado en otoño. Si la tierra es para quien la trabaja, el jersey DeLaVi debe ser propiedad de quien lo fabrica.

Y ya rizando el rizo, ¿podrían las microfábricas de DeLaVi compartir gastos de local formando parte de una red de centros locales de fabricación que darían continuidad a los actuales telecentros, algo desfasados ya? Microfábricas de mínimo consumo como el EspaiZero de Wattia también en Olot que se proveerían de energía renovable y de materiales de las empresas de reciclaje como Vilà Planella, en la misma comarca.

¿Hacemos un experimento? ¿Empezamos un Goteo con 10 máquinas OpenKnit y 10 comunidades en 10 comarcas, y lo escalamos después vía SparkLab?

3 comentaris

  1. Muy interesante la propuesta, algo parecida a la que estoy intentando mover en Asturias pero con el trabajo del fieltro y no de manera intergenaracional sino transversalmente, enfocándolo a mujeres madres y que quieren hacer una educación de proximidad. Me encanta tu manera de desarrollar la propuesta, se notan las tablas.

    Un abrazo

  2. Nos ha gustado mucho tu entrada.
    Conocíamos Marcelinus y tras indagar, como tú, nos dimos cuenta de que ya no trabajaba con lana local, una pena.
    Lo de Zara, mejor no hablar.
    Y lo de la “tricotosa”, !es genial!
    Nos ha gustado mucho la nueva visión que aporta y la de posibildades que ofrece.
    Tenemos algunas preguntas al respecto del funcionamiento de la misma y de las posiblidades que tiene, así como las limitaciones que tenga. Nos encantaría escribirte un mail con todas esas cuestiones. Nos pasa uno 🙂
    ¡Un saludo lanero!

Deixa un comentari

Fill in your details below or click an icon to log in:

WordPress.com Logo

Esteu comentant fent servir el compte WordPress.com. Log Out /  Canvia )

Twitter picture

Esteu comentant fent servir el compte Twitter. Log Out /  Canvia )

Facebook photo

Esteu comentant fent servir el compte Facebook. Log Out /  Canvia )

S'està connectant a %s