Como podéis ver en el índice de entradas (ya son 182) durante los primeros años de este blog escribía a menudo sobre la universidad y la transferencia de tecnología, aunque en los tres últimos son pocos los artículos que he dedicado a este tema. Sin embargo esta semana he leído una noticia que me ha hecho reflexionar sobre cómo podemos aprovechar las plataformas colaborativas para financiar la investigación. No hablo de que estén vendiendo la universidad con la que colaboro (UPC) para reducir el déficit, ni de la financiación crowdfunding finalista tipo La Marató de TV3 -que me parece un parche a la dejadez de la administración- sino de buscar nuevos usos a los activos de investigación que permitan aumentar los ingresos.
En la UPC contamos con un arquitecto y profesor excelente, Torsten Masseck, que entiende como pocos la pedagogía que necesitan las universidades del S.XXI. Es experto en edificación bioclimática y en su momento pensó que no se podía aprender sobre el papel, que era necesario saber diseñar, fabricar, medir y corregir para poder aplicarlo después en la realidad. Con la colaboración de la ETSAV, decidió montar la casa laboratorio LOW3 (Low Impact, Low Cost, Low Energy) en medio del pequeño campus de Sant Cugat. Este prototipo recibió uno de los prestigiosos premios de la competición Solar Decathlon en la edición del año 2010, y entre otras cosas sirve como:
- Laboratorio de I+D para empresas que ceden sus productos a cambio de validarlos.
- Laboratorio de I+D para la propia universidad en materiales, energías renovables, sistemas de control…
- Laboratorio de prácticas docentes en energía, agua, control y proyectos de arquitectura bioclimática
- Showroom de la actividad de la escuela ETSAV y sala de eventos y reuniones empresariales
- ….
Por desgracia el proyecto no es hoy autosuficiente y, como la mayoría de las inversiones en investigación que requieren un mantenimiento, languidece tras su estreno aunque se utilice todos los años. ¿Qué más se puede hacer con este espacio para darle un rédito económico? Dándole vueltas al tema me llegó esta noticia:
Lo que no cuenta el extracto de noticia es que el apartamento -Casa Jasmina- se podrá alquilar en AirBnB. La conexión de la casa Low3 con la idea de Massimo Banzi y Bruce Sterling es evidente ¿Por qué no convertimos el Low3 en una residencia de fin de semana para personas de negocio o turistas excéntricos? La escuela cuenta ya con su propia residencia de estudiantes, con una certificación energética de primer orden, pero sólo se abre a estudiantes y profesorado visitante. Pero seguro que encontraríamos a turistas dispuestos a pagar 500€ por pasar un fin de semana en una casa laboratorio bien conectada con el centro de Barcelona y dotada de todos los chismes electrónicos necesarios. 40 fines de semana hábiles nos dan 20.000€ al año, suficiente para pagar un par de precarios de investigación o un doctorando.
¿Y ya puestos, por qué no alquilamos otros espacios de la universidad? Se está preparando una propuesta de turismo científico que va en esta línea. ¿Os imagináis una bautizo de buceo o una escuela de surf en el canal de oleaje del LIM? ¿O una despedida de soltero o fiesta de cumpleaños en el antiguo reactor nuclear? ¿O una partida de paintball virtual en la nueva CAVE del centre de realitat virtual?
Per pensar-hi…