2014056. El amor en la decisiones empresariales

Cuando uno se casa no elabora una lista con dos columnas, pros y contras; no calcula los riesgos ni el retorno de la inversión esperado en forma de hijos y pensión; no calcula los beneficios que le reportará la declaración de la renta conjunta; ni tan solo se fija en los puntos débiles del socio o socia. Todo por amor. ¿Por qué entonces no tenemos en cuenta este factor cuando nos planteamos empezar a colaborar con una empresa determinada o establecer una alianza con un socio estratégico?

En el primer caso, trabajar para una empresa del ámbito social como Teixidors, La Fageda, L’Auró o L’Olivera ha de ser sin duda gratificante, y el retorno en forma de amor al prójimo impagable. Sin embargo, las condiciones económicas que nos pueden ofrecer estas empresas nos frenan y nos asustan porque no somos capaces de renunciar a nuestra cómoda vida de la cada vez más exigua clase media para poder colaborar con ellas. Si existiese algo parecido al enamoramiento empresarial dejaríamos de lado los defectos y cegados por el amor no dudaríamos en trabajar para una de estas empresas.

Y lo mismo cuando necesitamos un socio estratégico para nuestra empresa. Laia es una enamorada de las lanas que ha creado una empresa. Lo hace casi todo ella misma: selecciona la lana, la hila, la tiñe con tintes naturales, y teje jerseys para ella. Aprende, experimenta y enseña, una empresa más en beta permanente, laboratorio de ideas y prototipos. Laia es ya una experta en esta disciplina, como podéis leer en sus abundantes publicaciones en las redes sociales. Sólo falta que active su tienda en Etsy.

Joan es un enamorado de los instrumentos antiguos. Tras una preparación no planificada de largos años, por amir al arte, decide montar una empresa y explotar estos activos diseñando, fabricando y vendiéndolos. Apasionado por su oficio, ha estudiado a fondo la evolución de los instrumentos, ha trabajado con grandes maestros, domina las maderas y la marquetería, y os puedo asegurar que no es un emprendedor de los que venden humo. ¿Cortadoras láser y fabricación digital? Quita, quita.

La vida ha puesto en contacto a Joan y a Laia, y víctimas del enamoramiento empresarial humano, han establecido una alianza estratégica para compartir sus activos y conocimientos y disminuir así el riesgo que supone montar sendas empresas artesanas en La Fatarella, un rincón perdido de Catalunya. Un rincón perdido pero lleno de vitalidad, con una estrategia clara de posicionamiento ecológico y con potentes infraestructuras de comunicación para su situación geográfica.

Lana, madera, aceite. Amor.