Siguiendo las recomendaciones
presiones de la UE la introducción de la educación emprendedora en la escuela gana adeptos año tras año. A pesar de ello creo que lo que hoy se ofrece es poco eficaz o directamente no funciona, excepto para quien gana dinero o futuros ahorradores con ello. Una de las referencias en España sobre programas de educación emprendedora es el programa de ValnalónEduca iniciado por Pericles hace ya unos cuantos años y que se va extendiendo por municipios de toda España. Su web dice así
El objetivo de la educación emprendedora es fomentar en los niños y niñas así como en los jóvenes los conocimientos, las habilidades y actitudes que forman la base del espíritu emprendedor, a saber: organización por objetivos, iniciativa, innovación, asunción de riesgos, trabajo en equipo, negociación, planificación, construcción de redes de apoyo, creatividad.
En Catalunya Valnalón introduce este programa con el apoyo de la Diputació de Barcelona (o al revés) bajo el nombre de CuEmE para que las escuelas creen su cooperativa y trabajen durante un año en poner en marcha una iniciativa. Centenares de escuelas han recibido esta pátina de competencia emprendedora. También AraCoop -una entidad que fomenta el cooperativismo- impulsa un programa de escuelas cooperativas, con notable éxito en la creación de estas estructuras jurídicas. Pero este éxito en el número de cooperativas creadas no creo que tenga demasiado impacto sobre la actividad emprendedora futura, y mucho menos en la gestión colaborativa de la empresa y en su potencial de innovación.
Cuando dejé la UPC hace un año me planteé trabajar en cómo llevar la innovación y el emprendimiento a la escuela primaria y secundaria para que el material que llegase a la universidad no lo hiciese tan falto de iniciativa emprendedora o de imaginación. Junto a otros emprendedores hemos creado una escuela donde -como en muchas otras escuelas- es trabajar la autonomía y la creatividad. Pero a diferencia de otras muchas escuelas lo practicamos desde infantil hasta bachillerato de manera lúdica y acompañando a los alumnos en la búsqueda de soluciones por consenso y de manera colaborativa.
Y creo que hoy puedo afirmar que, sin desmerecer nada de lo que hoy se hace desde otras instituciones, no genera el mismo impacto un proyecto de cooperativa escolar de un año que picar piedra utilizando el consenso y la argumentación como herramienta democrática y de innovación durante los 10 años de la educación obligatoria más los que se añaden por encima y por debajo. La gota malaya del emprendimiento y la innovación colaborativa.
Y es que en la escuela aprovechamos cada pequeño reto al que deben hacer frente dejando que busquen una solución satisfactoria para el grupo, ya sea en cómo conseguir que la ropa esté ordenada incluyendo la elaboración de presupuesto y montaje de armarios, en cómo conseguir que el gallinero esté protegido y que se integre en el ciclo de residuos orgánicos de la cocina, o en cómo planificar y poner en marcha una residencia de estudiantes para estudiar idiomas con nativos de toda Europa.
Durante unos cuantos años he explicado la asignatura de emprendimiento e innovación en diversas universidades, y os puedo asegurar que es mucho más gratificante y eficaz trabajar desde pequeños estas competencias que tratar de generar emprendedores en el tercer ciclo mediante concursos de emprendimiento universitario y asignaturas de relleno impartidas por alguien que nunca ha creado una empresa.