Ante catástrofes, sequías o episodios de fríos intensos todos nos hemos preguntado por qué, si en la Tierra hay regiones claramente inhóspitas, nos empeñamos en vivir en ellas. Yo también me he preguntado a menudo si no será el clima es el factor más importante en el grado de desarrollo de un país, y qué pasará con los migrantes climáticos en unos lustros.
Entre sueños moldeados por la incrustración cerebral del mapa de posición del avión durante las 14h del vuelo BCN-Buenos Aires se me apareció como respuesta a mis preguntas la visión de un nuevo continente flotante. No es técnicamente difícil, y sólo con imaginarlo se abren infinitas posibilidades y enfoques, tanto desde el punto de vista científico como del social y del empresarial.
Ya sé, no es una idea nueva. Se venden ya islotes aquí, y existen proyectos visionarios e interesantes que van en esta dirección como The SeaSteading Institute. Pero insisto, me interesan las posibilidades. No hablo de islotes, hablo de continentes que puedan ser autosuficientes social, económica y biotécnicamente. Y a bote pronto se me ocurren estas ideas:
1) Enfoque empresarial: el salto de los hoteles y resorts a los continentes. Ante la falta de espacio en ciudades ya existentes se alquilarían parcelas para que nuevos colonos empezasen una vida en un entorno saludable, sin terremotos, sin inundaciones por subidas de nivel del mar y con un clima templado que se podría modificar en latitud -moviendo el continente- en función de la evolución del cambio climático o de las corrientes.
2) Enfoque social: igual que la administración crea residencias para ancianos, para inmigración, para huérfanos, llegará un día en que tenga que ofrecer espacios ante la avalancha de la migración climática. Para no sobrecargar el territorio actual, sacará a concurso público la concesión de la gestión de un continente flotante para alojarlos. Es probable que el empresario anterior no pueda ofrecer el mismo espacio dado que los nuevos colonos que pagarán por la tierra prometida no estarán interesados en llenarla de “migrantes climáticos pobres” (los ricos ya habrían emigrado, sería una función puramente social).
3) Enfoque de investigación: muy interesante si lo vinculamos a la autoorganización y los sistemas complejos adaptativos de los que soy como sabéis un fan. Qué pasa si por ejemplo dejas caer un millón de personas que no se conocen en un territorio? Cómo se organizan socialmente? Egoísmo puro o cooperación? Si se escogen de manera que no haya un idioma que predomine, cuál será el ganador? O aparecerá uno nuevo? Qué tipo de administración y gobierno se creará? Vale la pena replicar la vieja democracia o esperar que se genere un sistema nuevo? Se podría moldear una sociedad de personas emprendedoras? Se podría variar su posición y establecer una curva emprendizaje-temperatura?
Como veis da para mucho el tema, casi para escribir un libro durante el próximo e interminable viaje de regreso a BCN. Lástima de batería del portátil…