Mi voto vale mucho. Vale más si vivo en un pueblo del Pirineo que en la gran ciudad, pero aún así es un capital codiciado por los partidos políticos. Pero por desgracia mi voto solo puede ir dirigido a un partido político, aunque me convenzan diferentes programas electorales. La única manera de repartir el valor de mi voto es hoy por hoy esperar a que los partidos que me interesan se alíen para alcanzar la cantidad mínima de votos que que les permita tener representación. Esta alianza no responde a lo que yo quiero, sino a intereses coyunturales de los partidos. Y no me sirve.
He dibujado un esquema simple sobre mi interpretación de voto en CAT. En el eje vertical, sistema feudal vs república. En el horizontal, nacionalismo ES vs nacionalismo CAT. Tenemos un primer frente 1-Oct de mayoría republicana -confieso que tal vez un 10% sea monárquico pero para el caso no afecta- con un 40% del voto. Tenemos un frente Celtíbex (PP, PSOE-C -no me sale llamarlo PSC ya- y Ciudadanos) con un pongamos 25% del voto. Y tenemos un Frente Común con un 15%. Ah, y finalmente tenemos el frente NSNC que nunca opina y al que unos y otros utilizan para cocinar sus encuestas.
Las posiciones son claras. Los comunes quieres la república pero solo si es para toda España. El frente 1-Oct quiere la república en breve, aunque la mitad -un subgrupo moderado- esté dispuesto a negociar después, de igual a igual, un estado federal del estilo suizo o alemán si me apuras y volver a votar cada generación (25 años) si seguimos juntos o nos separamos. Y el frente Celtíbex que no quiere saber nada ni de repúblicas ni de CAT. La cosa está encallada. No hay intersecciones posibles, y una alternativa sería repartir el voto. Veamos tres situaciones:
- Persona 1: comparte en parte el ideal de Frente 1-Oct moderado porque percibe una mayoría de centro derecha (en PDECAT es natural, y ERC tiene poco de izquierda ya) que no le convence, así que apuesta por esta combinación: 60% CUP, 20% ERC, 20% Comunes. Daría más a los comunes, pero el gobierno legítimo está en prisión o en el exilio, y algo les tiene que caer también.
- Persona 2: tiene claro que su voto va a ERC, aunque como en prisión y exilio está parte de PDECAT también les quiere dar algo. Las CUP -junto al partido pirata en estas elecciones- son unos radicales que han sido útiles y que hablan muy bien, pero no se puede confiar en ellos. Y la Colau está bien a veces, pero el ramalazo ICV de los comunes no lo soporta. Así que queda 80% ERC, 20% PDECAT).
- Persona 3: nostálgica de los buenos tiempos del PSOE-PSC, de Serrat, Sabina, y el País. Está convencida de que el socialismo acabará triunfando, y que es justo y natural que hayan apoyado circunstancialmente a Rajo, pero fichar a ese de Unió que no recuerda cómo se llama, no nos pasemos. Además, cree también que la política de inmersión lingüística es necesaria, y que dar demasiado peso al PSC puede favorecer al estirado de Rivera, que es el alter ego del PP, así que conviene repartir algo para los otros: PSC 60%, 40% Comunes.
Si sumamos los votos de las tres personas nos queda
PDECAT | ERC | CUP-Pirates | PSC | COMUNS | |
Persona 1 | 0 | 20 | 60 | 0 | 20 |
Persona 2 | 20 | 80 | 0 | 0 | 0 |
Persona 3 | 0 | 0 | 0 | 60 | 40 |
TOTAL | 20 | 100 | 60 | 60 | 60 |
Si vamos sumando personas al final tendremos una distribución mucho más ajustada a lo que queremos los votantes, y eliminaremos la necesidad del voto útil que solo beneficia a los partidos grandes. No es tan fácil, pero cuando el voto electrónico sea una realidad se podrá implementar.
Porque vamos a ver, si yo tengo 100€ para invertir, ¿los pondré todos en el mismo valor o los repartiré entre diferentes inversiones para asegurar algo del retorno? ¿Por qué no hacemos lo mismo con los programas electorales? ¿Por qué somos nosotros los que tenemos que ajustarnos al producto -el Ford T negro- y no el producto a nosotros?